A pocas semanas de que acabe el año escolar, uno de los grandes temores de los padres es que nuestros hijos jalen algún curso.
Entramos a la recta final del año escolar, y una de las grandes preocupaciones de los padres es la posibilidad que los pequeños de casa jalen cursos, con lo cual tendrían que asistir a nivelación durante sus vacaciones, o peor todavía, que terminen repitiendo el año por acumulación de jalados. Para Javier Arroyo, Cofundador del método online de aprendizaje de matemáticas Smartick, los padres estamos a tiempo de ayudar a nuestros hijos, con miras a lograr buenas calificaciones en los exámenes finales y revertir los promedios bajos. ¿Qué debemos hacer?
No castigues. El castigo físico o psicológico no es la solución, por el contrario, es probable que el niño genere resistencia y rechazo a estudiar si es castigado. Aplica el refuerzo positivo y prémialo por los logros conseguidos. Como padres, debemos esforzarnos por motivarlos, darles un objetivo y tener paciencia.
Encuentra la raíz del problema. ¿Sabes qué está causando el bajo rendimiento de tu hijo? El diálogo sincero con el niño es el primer paso para encontrar una salida. Escúchalo y hazle saber que estás dispuesto a ayudarlo. Las causas pueden ser variadas, desde dificultades de aprehensión, problemas emocionales, e incluso el bullying. No desestimes ninguna opción antes de tiempo.
Destierra los mitos. Muchos padres contribuimos a que nuestros hijos piensen que “cursos como matemáticas y ciencias son muy difíciles, y solamente los “chancones” los entienden”. Olvidemos esos mitos. En esa medida, si bien cualquier curso representa un reto y requiere esfuerzo, todos los niños que pertenecen al mismo salón de clases son suficientemente inteligentes para aprender.
Conversa con los profesores. Consulta por las oportunidades de mejora de tus hijos y cuáles son sus posibilidades para salvar los cursos en riesgo (un examen adicional, presentación de trabajos o resolución de ejercicios adicionales). Mira al profesor como un aliado: su misión es instruir, no frustrar a sus estudiantes.
Apóyalo en casa. Determina un horario para repasar con tu hijo los cursos que le causan problemas. En este proceso puedes apoyarte en la tecnología. Por ejemplo, existen plataformas de aprendizaje personalizado, como Smartick para las matemáticas, que ayudan a cada niño a aprender a su ritmo con solo 15 minutos diarios y desde cualquier lugar, gracias a Internet.
Monitoreo constante. Los niños deben aprender a estudiar solos y ser autónomos pero sí puedes supervisar sus avances y felicitar su esfuerzo. Esto lo hará sentirse respaldado y motivado para esforzarse más.